Habilidad natural reinserción AL MUNDO SALVAJE
"No sabe cazar, no sabe ser un tigre", explicó Ioana Dungler, directora para animales salvajes de Four Paws, la ONG que rescató a los animales del llamado "peor zoológico del mundo".
La semana pasada, el tigre "Laziz" -cuyo nombre significa ‘bonito’ en árabe- se despertó sobre la hierba de un refugio de animales en Bethlehem, en Sudáfrica, a miles de kilómetros de Gaza y de su siniestra jaula en uno de los peores zoológicos del mundo.
Al término de un periplo de tres días que lo llevó a cruzar Jordania, el tigre llegó a LionsRock, un asilo para fieras en la provincia de Estado Libre, en el centro de Sudáfrica.
El último tigre del zoológico de Jan Yunis formaba parte de los 15 animales que estaban a punto de morir de hambre y que fueron rescatados.
"Cuando decidimos actuar, ´Laziz´, pero también otros 14 animales, se encontraban en una situación crítica", declaró Ioana Dungler, quien dirigió la operación con la colaboración de las autoridades israelíes y palestinas.
Cuando abrió en 2007, el zoo de Jan Yunis albergaba más de un centenar de animales; pero con el aumento de las guerras y el descenso del número de visitantes en el pequeño territorio palestino, de dos millones de habitantes, -sometido al bloqueo israelí-, sus propietarios tenían cada vez más dificultades para encontrar alimentos para las fieras y numerosos animales acabaron muriendo.
"Era verdaderamente una cuestión de vida o muerte. No únicamente porque habrían muerto de hambre, sino también porque habrían podido ser vendidos o transferidos a otro lugar donde nadie los hubiera encontrado", explicó Dungler
"No es muy fácil alimentar correctamente (a los animales) porque Gaza está sometida a un embargo. Incluso para la gente, hay que penar para encontrar buenos alimentos", agregó.
Mientras que, sus compañeros en cautividad -un mono, un emú, un puercoespín, entre otros- hallaron asilo en Israel y Jordania, países vecinos, el tigre ´Laziz´ tuvo que hacer un viaje de nueve horas de avión para recorrer 6.700 kilómetros.
"No sabe ser un tigre"
"Estaba en una jaula durante cinco días y fue un largo viaje para él, pero está muy tranquilo", declaró la veterinaria Marina Strydom, que lo examinó en el aeropuerto internacional de OR Tombo, en Johannesburgo, antes de trasladarlo a LionsRock.
Sin embargo, la curandera de animales no disimuló su preocupación por la reacción del animal de nueve años tras una travesía tan larga.
"Queremos verle caminar un poco. ¿Acaso cojea? ¿Está fatigado? Si no come o no bebe, lo sondaremos", explicó.
Cuando abrieron su jaula, a "Laziz" le bastaron unos 10 minutos y unos cuantos pedazos de carne para decidirse a salir y caminar sobre la hierba de su nuevo hogar cercado.
El equipo de Four Paws vigilará su comportamiento durante varias semanas antes de soltarlo en un espacio más grande.
El equipo de profesionales está de pena porque el animal no sabe cazar; por lo tanto, no conoce como ser un tigre, situación que tampoco le permite estar completamente libre, explicó Dungler. "Pero en LionsRock, al menos, será respetado y tendrá los cuidados médicos que necesita. ¡Tendrá sol!", bromeó.
Mientras que el crepúsculo se cierne sobre su nuevo reino, con el canto de los pájaros y el zumbido de los insectos, el tigre "Laziz" se estira y bosteza. Listo para su primera noche en el paraíso.
antecedentes
El zoológico Jan Yunis abrió sus puertas en 2008 y la mayoría de los animales se introdujeron ilegalmente en Egipto.
Los dueños del zoológico pensaron que este supondría un cambio de aires para la zona arrasada por la guerra y sus habitantes. Pero cuando los dueños fueron obligados a abandonar la región, dejaron a los animales atrás.
El Gobierno no estaba en condiciones de ayudar y dejó a los animales a su suerte.
Cuando finalmente era seguro volver al lugar, los dueños no creyeron lo que veían sus ojos
y tomaron la decisión de disecar a algunos de los animales muertos y dejarlos en sus jaulas, como un recordatorio escalofriante.
Cada una de las jaulas contiene algo más triste que el anterior. Es un zoo lleno de animales momificados.
Cada cuerpo es un recordatorio de lo mucho que han tenido que sufrir estos animales y los que lograron sobrevivir estaban en situación crítica. Quince animales sobrevivieron a la tragedia, pero los cuidadores temían que estén en peligro, se movilizaron e hicieron un llamamiento para recoger fondos y salvar a los animales supervivientes.
De esta realidad, se desprende la historia de vida de Laziz, quien ahora está “libre”, pero no sabe comportarse como un animal salvaje, por eso temen el futuro que le espera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario