martes, 26 de abril de 2016
Especies caninas extintas
Hace aproximadamente 15.000 años, el perro (canis lupus familiaris) fue domesticado por el hombre con diferentes fines: hacerle compañía, cazar, guiar el ganado o servir de vigilante contra potenciales enemigos. Lo que se desconoce es si el animal se acercó al humano o al revés.
“El perro fue una de las primeras especies domesticadas, pero el momento preciso y lugar de la domesticación han sido muy debatidos. Hemos encontrado pruebas de que los primeros fueron amaestrados en Asia Central, probablemente en lo que hoy es Nepal y Mongolia”, señala un estudio publicado por la revista de la Academia de las Ciencias de Estados Unidos (PNAS, por sus siglas en inglés).
Desde entonces se procuró la raza perfecta, que responda a ciertas necesidades como ayudar en la caza o el campo, aunque también se buscaron otras para fines poco éticos, como las peleas de canes, o banales como los estéticos. Hasta 2014 se han cuantificado 337 razas distintas, y en la actualidad el número se aproxima a las 400, según la Federación Cinológica Internacional.
También se sabe de especies que de-saparecieron por diversos factores, en la mayoría de los casos por falta de cuidado o porque no se adaptaron a las condiciones de la sociedad moderna. Existe la teoría de que en realidad no se extinguieron, sino que se mezclaron con otras para formar nuevas razas.
De la lista de caninos que desaparecieron se ha escogido a nueve que son el ejemplo de que los animales domésticos también pueden sufrir la influencia de los hábitos humanos, aunque siempre se tiene la esperanza de que, como en la película animada de 1989, todos los perros vayan al cielo.
Kuri
Es un perro originario de Polinesia y que fue introducido en Nueva Zelanda por los maoríes durante la época de las migraciones entre los siglos IX y XIV. Como estos indígenas se alimentaban de carne, se sabe que uno de sus manjares era este can, mientras que sus dientes eran usados como pendientes. Antes de sus contiendas, los maoríes solían sacrificar kuris para invocar al dios de la guerra. Estos datos permiten suponer que la raza aún era abundante y que su extinción comenzó con la llegada de colonos provenientes de Europa, debido al cruce con otras razas y al exterminio masivo para proteger el ganado. Los últimos especímenes conocidos vivieron hasta finales del siglo XIX y hoy algunos se exhiben en un museo de Nueva Zelanda.
Molossus
El filósofo Aristóteles alabó en uno de sus libros, alrededor del 343 antes de Cristo (a.C.), la valentía y superioridad de los molossus, que tienen su origen en el noroeste de la Antigua Grecia y el sur de Albania. Estudios señalan que estos canes eran criados por los griegos para luchar, especialmente contra tigres, leones, elefantes y soldados enemigos. Tiempo después, la raza se extendió por Italia y otras regiones griegas para colonizar pueblos helénicos. Otras versiones sostienen que se trata de un animal ligero que era empleado para la caza y el pastoreo. Es considerado, comúnmente, el ancestro de los mastines tal como se los conoce hoy. Una escultura que se encuentra en el Museo Británico muestra la figura del molossus.
Braco de Puy
Este perro es procedente de Poitou, una provincia antigua de Francia, que vivió en el siglo XIX. Se presume que dos hermanos de apellido Puy cruzaron sus bracos franceses con los Sloughi traídos desde África por soldados franceses. Existen datos que hasta hace poco tiempo había un ejemplar hembra en las Islas Canarias (España), pero que murió por falta de perros machos.
Perro osero de Tahltan
Este can de origen canadiense toma su nombre de los indígenas Tahltan, quienes lo criaban para cazar osos, linces y puercoespines. Era un perro pequeño, hermoso, parecido al zorro, con unas orejas enormes, expresión alerta y una cola de alrededor de 12,5 centímetros de largo. Pero con el ingreso de los colonizadores europeos este animal ha desaparecido.
Poi hawaiano
Los hawaianos criaban a estos perros principalmente porque eran considerados protectores espirituales del hogar, en especial de los niños. Empero, durante los tiempos difíciles fueron consumidos como alimento y la manera para hacerlos engordar era dándoles de comer poi, una comida de origen hawaiano.
Terrier Paisley
El Terrier Paisley, antecesor del Yorkshire Terrier actual y proveniente de Gran Bretaña, fue criado como mascota. Su nombre se debe a que la mayoría de estos perros había nacido en ese lugar, pero también se lo llamaba Clydesdale Terrier, por el Valle de Clyde. Con el tiempo, la gente dejó de interesarse por estas mascotas, así es que dejaron de promover su reproducción y desaparecieron.
Bullenbeiser
Conocido como bulldog alemán, eran canes de pelaje corto y atigrado, musculosos y con grandes mandíbulas, que lo convertían en un buen compañero de caza.
Es considerado el predecesor de otras razas como los bóxer, dogos argentinos y el gran danés. Mediante la mezcla con otras razas se ha diluido con el tiempo.
Perro de lana Salish
Fue criado por los pueblos nativos de lo que actualmente son los estados de Washington y Columbia Británica (EEUU). El pelaje de este animal era muy apreciado porque se lo utilizaba para la confección de mantas Salish. Estos perros eran esquilados en mayo o junio. La mortandad de la población indígena por enfermedades europeas ocasionó que el perro de lana se cruzara con otras razas, hasta que en 1858 se lo consideró extinto.
Talbot
El talbot fue un perro de caza blanco, originario de Normandía, que fue criado en Gran Bretaña. Tenía un olfato bastante fino, era blanco como la nieve y su estatura era tal que se decía que era capaz de tumbar a un ciervo macho en pleno invierno, aunque no hay pruebas de ello. Guillermo el Conquistador lo introdujo en Gran Bretaña en el siglo XI, aunque se extinguió por su carencia de propósito y por la necesidad de cuidados constantes. El término se usa en heráldica para referirse a un buen perro de caza y es el antepasado más directo de los actuales beagle y bloodhound.
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