miércoles, 1 de junio de 2016

Un oso toma el té con padres humanos



Pesa 133 kilos y mide dos metros, pero para los rusos Svetlana y Yuriy Panteleenko es su hijo desde hace 23 años. Lo encontraron a los tres meses. Cazadores habían matado a su madre y estaba gravemente herido. Jamás habría logrado sobrevivir si Svetlana y Yuriy no hubieran aparecido en el momento justo. Al verlo en tan mal estado, se lo llevaron a su casa.

El plan original era cuidarlo hasta que se recupere, pero después de unos meses ya no pudieron desprenderse de él. Era tan cariñoso e inofensivo que lo adoptaron como a un hijo.
Es difícil creer lo domesticado que está. Se sienta a la mesa a tomar el té y a comer.

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