martes, 30 de junio de 2015

Descubren la estructura que permite hablar a los loros

Un equipo internacional de científicos liderado por investigadores de la Universidad de Duke (Estados Unidos) ha descubierto diferencias estructurales clave en el cerebro de los loros que pueden explicar la capacidad sin igual de las aves de imitar sonidos y el habla humana.

Estas estructuras cerebrales, reconocidas en estudios publicados durante los últimos 34 años, aportan información sobre los mecanismos neuronales del habla humana.

“Este hallazgo abre una gran vía de investigación en los loros para tratar de entender cómo estas aves están procesando la información necesaria para copiar nuevos sonidos y cuáles son los mecanismos que subyacen a la imitación del habla humana”, señala Mukta Chakraborty, investigadora en el laboratorio de Erich Jarvis, profesor asociado de Neurobiología en Duke y científico del Instituto Médico Howard Hughes.

Falta por explicar
Los loros son uno de los pocos animales considerados aprendices vocales, lo que significa que pueden imitar sonidos. Los investigadores han estado tratando de averiguar por qué algunas especies de aves son mejores imitadoras que otras. Sin embargo, además de las diferencias en los tamaños de regiones particulares del cerebro, no se han detectado otras explicaciones potenciales.

Mediante el examen de los patrones de expresión de genes, el nuevo estudio encontró que los cerebros de loros están estructurados de manera diferente que los cerebros de los pájaros cantores y colibríes, que también muestran aprendizaje vocal.

Además de contar con centros definidos en el cerebro que controlan el aprendizaje vocal llamados ‘núcleos’, los loros tienen lo que los científicos llaman ‘conchas’ o anillos exteriores, también involucrados en el aprendizaje vocal. Las conchas son más importantes en las especies de loros.

Los científicos caracterizaron los cerebros de ocho especies de loros, además del periquito, incluyendo cotorras, cacatúas, agapornis, dos especies de loros amazónicos, un guacamayo azul y dorado, una kea y un loro gris africano.

Buscaron marcadores genéticos específicos con actividad especializada en el cerebro de los humanos y los pájaros cantores. Compararon los patrones de expresión de genes en todos los cerebros loro con experimentos de rastreo de los nervios en los periquitos

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