lunes, 7 de septiembre de 2015
Pacífico del sur, un lugar para la crianza de ballenas jorobadas
Cada año, cerca de 700 ballenas jorobadas del hemisferio norte llegan hasta el Parque Nacional Marino Ballena, ubicado en el Pacífico sur de Costa Rica, para reproducirse y parir a sus crías.
Durante cuatro meses, las cálidas aguas se convierten en un santuario natural en el cual cientos de ballenas jorobadas, consideradas uno de los animales más grandes del mundo, dan la oportunidad a los turistas de presenciar un maravilloso espectáculo.
Sus acrobáticos saltos, el sonido de su respiración, el gran tamaño, así como su canto forman parte de algunos de los atractivos que representa ver a este cetáceo a unos cuantos metros de distancia.
El trópico costarricense les permite evitar el gasto de energía manteniendo la temperatura corporal, ya que el agua se encuentra entre los 25 y 28 grados centígrados, lo que la hace apta para la reproducción. Además, se ubican en zonas poco profundas para alejarse de sus depredadores, como las orcas y los tiburones.
El Parque Nacional Marino Ballena es donde se concentran. En esta parte del mundo nacen y salen con "pasaporte costarricense” hacia la Antártida, y algunas regresan una vez al año al área donde nacieron.
Ese trayecto les ha otorgado el récord mundial en migración de un mamífero marino con un total de 18.000 kilómetros entre el Ártico y la costa del Pacífico costarricense. Además, en ese espacio las madres enseñan a los ballenatos a nadar, cazar, respirar y saltar.
Esta especie puede saltar completamente fuera del agua, por lo cual es considerada la más acrobática del mundo, y también da coletazos, como una forma para comunicarse y a la vez ejercitarse.
"Cuando una ballena salta lo hace para comunicarse con otros individuos, para liberar estrés, demostrar que están felices y para quitar parásitos que se les adhieren a la piel. Además podemos decir que la zona sur es como una ‘maternidad’. Aquí vienen a tener sus crías y reproducirse, no es necesariamente una zona de alimentación”, explicó a Efe el biólogo Frank Garita.
El avistamiento de estos cetáceos en Costa Rica hizo que la National Geografic considerara a este lugar como el séptimo en importancia para observar ballenas. En la primera posición se ubica Noruega.
Costa Rica recibe dos poblaciones de ballenas jorobadas; en el Pacífico norte la temporada es de diciembre a finales de marzo, mientras que en el Pacífico sur es de julio a octubre. Esta ballena en edad adulta tiene una longitud que va de 14 a 17 metros, puede llegar a pesar hasta 45 toneladas y tiene una longevidad de unos 70 años.
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