Un nuevo estudio calcula que casi 270 mil toneladas de plástico están flotando en los océanos del mundo, lo suficiente como para llenar más de 35.800 camiones de basura.
El plástico está fragmentado en más de cinco billones de trozos, señaló el estudio publicado en la gaceta científica Plos 0ne.
El análisis es lo más reciente en un campo naciente del conocimiento donde los científicos tratan de entender mejor cuánto del material sintético está llegando a los océanos y cómo está afectando a los peces, las aves y al ecosistema marino.
El principal autor del estudio es Markus Eriksen, del Instituto 5 Gyres, una organización que busca reducir el plástico en los océanos.
Para recabar los datos, los científicos arrastraron una malla delgada sobre la superficie del mar para recolectar trozos pequeños. Desde botes, observadores contaron los objetos más grandes. También utilizaron modelos informáticos para calcular el porcentaje de los tramos del océano que no fueron sondeados.
El estudio solo midió el plástico que flota en la superficie; el que está en el lecho marino no fue incluido.
Las piezas mayores de 20 centímetros representan tres cuartas partes del plástico que los científicos calculan está en el océano.
La investigadora Kara Lavender Law, de la Asociación de Educación sobre el Mar en Woods Hole, Massachusetts -quien no participó en el estudio-, dijo que los investigadores reunieron información en áreas en las que los científicos actualmente carecen de mediciones para los escombros de plástico flotantes, incluidos el Océano Índico, el Océano del Sur cerca de la Antártida y el Atlántico Sur.
Además, el cálculo que hace el estudio de los trozos diminutos de plástico de menos de 2,5 centímetros (una pulgada) -y que pesarían en total unas 35 mil 540 toneladas- es comparable con un estudio anterior realizado por investigadores en España que usaron una metodología diferente, dijo Law. Ese estudio calculó que había de 7 mil a 35 mil toneladas de plásticos de este tamaño flotando en el océano.
Es alentador que dos diferentes métodos llegaran a respuestas tan similares, dada la dificultad para medir la cantidad de plástico en el océano, mencionó.
Estudiar qué tanto plástico hay en el océano ayudará a los científicos a entender cómo el material afectará al medio ambiente y posiblemente a la cadena alimenticia.
Por ejemplo, dijo Law, podríamos comer atún que haya ingerido otro pez que comió plástico, que a su vez comió otro pez con plástico. Estos plásticos podrían tener sustancias químicas tóxicas.
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