viernes, 1 de enero de 2016

Rusia se apasiona con la fábula del tigre siberiano y la cabra

Todo el mundo conoce la fábula del zorro y el cuervo, pero ¿y la del tigre y la cabra? Esa aún no tiene final, ya que Amur, un tigre siberiano, convive pacíficamente desde hace un mes con Timur, un macho cabrío, impensable historia de amistad que comenzó a ser retransmitida en tiempo real.

"La moraleja de la historia no es Amur y Timur, sino el hecho de que dos animales que deberían ser enemigos se lleven tan bien. Esto contrasta con las guerras y la violencia que vemos diariamente”, dijo a Dmitri Mezent-
sev, director del Parque Safari de Primorie, a unos 40 kilómetros de Vladivostok, en el Lejano Oriente ruso.

Desde que se supiera a finales de noviembre que Amur, un imponente felino, había renunciado a zamparse de un bocado a la cabra que le habían servido como comida para que no deambulara sin apetito durante varios días y no perdiera los hábitos de la vida salvaje, el interés por los animales en las redes sociales no ha hecho sino aumentar en el país.

"Hemos tenido que instalar cuatro cámaras para que todo el mundo pueda seguir sus aventuras las 24 horas del día, aunque de noche, claro está, no se verá nada. La gente lo exige”, señaló el director del parque ruso.

La prensa rusa ya había calificado por anticipado de reality show la inminente transmisión de la extraña amistad entre el rey de la taiga y el indefenso herbívoro, cuyas imágenes en el canal de video YouTube ya recibieron más de un millón de visitas.

No obstante, poco después de que arrancara la transmisión en directo, ésta se saturó debido al gran número de usuarios y la web del parque safari (safaripark2.ru) fue declarada inaccesible "por motivos técnicos”.

El caso es que muchos de los usuarios de la red global se sumaron a la fiebre por simple curiosidad, pero otros están esperando el momento en el que el tigre se deje llevar finalmente por sus instintos y devore a su víctima propiciatoria.

En las redes sociales el debate adquirió tintes dramáticos e incluso se aceptan apuestas, en su mayoría en favor de un desenlace sangriento, en lo que coinciden la mayoría de especialistas en esa especie en peligro de extinción.

Esa no es la opinión del director del parque, que se muestra convencido de que "Amur nunca se comerá a Timur”, aunque en el pasado ha devorado un buen número de cabras.

"Estoy convencido. Cuando lo soltamos (al macho cabrío), el tigre no le hizo ni caso y estuvo cuatro días sin comer. Debe ser que es un animal especial. Si ahora pensara que existía un riesgo para la vida de Timur, ya lo hubiera sacado”, dijo.

El respeto del depredador

Según el director, Timur logró ganarse el respeto del depredador en los primeros días al defenderse con sus cuernos ante cualquier acercamiento amenazante por parte de Amur, por lo que ahora ambos comparten tanto agua como paseo.

Ambos animales protagonizan diariamente una más que improbable coexistencia pacífica que haría las delicias del escritor español Félix de Samaniego, famoso por sus fábulas moralizantes.
Sin embargo, los animales también vivieron ciertos momentos de tensión. El tigre en cuestión malcrió de tal forma a la cabra que ésta incluso le echó de su caseta y el felino tuvo que pasar más de una noche a la intemperie.

La escalada alcanzó su cenit hace unos días, cuando Amur le dio un zarpazo en el hocico a Timur por despertarle de la siesta, golpe que lo lanzó a dos metros de distancia y disparó los rumores sobre un pronto ajusticiamiento, pero el rapapolvo se quedó en eso. "El tigre no es tan agresivo como lo pintan. He tenido casi 40 encuentros con tigres siberianos y nunca me atacaron. Son muy tranquilos. En ninguna de esas ocasiones yo iba armado”, aseguró Mezentsev.

El tigre Amur, al que le sirven comida dos veces a la semana, se contenta ahora en los conejos vivos que le sueltan sus cuidadores, caza que le permite tanto saciar su apetito como ejercitar sus músculos. (EFE)

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