lunes, 4 de julio de 2016

Arviamiut y osos polares, en convivencia



El cambio climático está obligando a la comunidad inuit a idear formas de convivencia con un creciente número de carnívoros grandes, peligrosos e impredecibles, como son los osos polares que a diario, especialmente en otoño, irrumpen en su espacio con el riesgo latente de que en cualquier momento ocurran ataques de consecuencias imprevisibles.

La comunidad inuit se asienta en el extremo este de Arviat, en la costa oeste de la Bahía de Hudson, en Canadá. Allí, en la última década los encuentros entre carnívoros y seres humanos aumentaron peligrosamente.

Acampar al sur de la ciudad en verano ya no es seguro y recoger frutos del bosque en otoño —una fuente de subsistencia importante para la comunidad— es una actividad que se realiza con miedo. Cada vez se ven más osos por las calles de Arviat, sobre todo en esta última temporada, previa al invierno.

Avistamiento de osos
Precisamente en estos meses, las radios locales informan de avistamientos de osos, mientras que las escuelas a veces tienen que cerrar más temprano y las calles se quedan totalmente vacías, solitarias.

Algunos inuit creen que la población de osos está creciendo y los científicos conjeturan que el incremento se debe a la pérdida de su hábitat: según esa teoría, es la desesperación por la reducción de la temporada invernal lo que empuja a los hambrientos osos a ingresar a la ciudad.

Por ejemplo, un grupo de gente que está cerca del cementerio observa un bloque de hielo donde está un oso polar que repetidamente se lanza de panza al mar y vuelve a subir. Al otro lado de Arviat, en un muelle, unas personas miran con binoculares a una mamá osa con dos cachorros, escribe para la BBC de Londres la antropóloga Martina Tyrrell, quien hizo una investigación para su doctorado en Antropología sobre las relaciones entre los arviamiut y los osos polares.

Otro día, el director del Centro Para la Vida Silvestre observa a través de un telescopio a la misma madre con sus cachorros, pero más cerca de la ciudad. “La gente y los osos polares siempre han vivido lado a lado en esta parte del mundo, pero en el pasado los osos casi nunca entraban en la ciudad. Ahora, cada verano y otoño, su visita es incómoda y ocurre todos los días”, sostiene la antropóloga.

Los osos polares pueden medir hasta más de 3,5 metros desde la cola hasta la nariz y, como los inuit, están muy cómodos en la tierra y en las plataformas de hielo.

En el mar, humanos y osos cazan a los mismos mamíferos para su subsistencia: son depredadores rivales en lo más alto de la cadena trófica.

La mitología inuit
De acuerdo con la mitología de los inuit, los osos son poderosos seres espirituales que interactúan con todo el mundo.

Johnny Karetak, un anciano arviat, dijo que los ataques de los osos no son arbitrarios ni azarosos. “Cuando los osos atacan a una familia es como una maldición. Buscan a una persona en particular, a la que conocen bien”.

Los arviamiut se encuentran con los osos cuando cazan, pescan o estos se acercan a las cabañas de caza, atraídos por el olor de la comida, pero desde hace muchos años que un humano no resulta herido gravemente por el ataque de un oso en Arviat.

Algunos inuit, en Canadá, creen que la población de osos está creciendo y los científicos conjeturan que el incremento se debe a la pérdida de su hábitat: según esa teoría, es la desesperación por la reducción de la temporada invernal lo que empuja a los hambrientos osos a ingresar a la ciudad.


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