n grupo de salvavidas que entrenaba en una playa de Nueva Zelanda fue salvado del ataque de un tiburón blanco por delfines. Vivió una experiencia inolvidable pero, según los expertos, no inusual.
El hecho tuvo lugar cuando un gran ejemplar de tiburón blanco, de tres metros de longitud, irrumpió en una zona de entrenamiento, a escasa distancia de los salvavidas.
De repente, éstos vieron cómo media docena de delfines los rodearon nadando en forma de círculo. Los cetáceos, extremadamente agitados y batiendo el agua con sus colas formaron una especie de cadena defensiva en torno a los salvavidas durante unos 40 minutos.
La operación no terminó hasta que las personas fueron conducidas por los delfines a un área segura, lejos del depredador.
Pocos grupos de animales marinos están tan estrechamente ligados entre sí como lo están los delfines. Ellos viven en manadas con una gran cohesión donde, al parecer, la vida social representa una necesidad imperiosa para su existencia.
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