Científicos brasileños descubrieron tres nuevas especies de sapos diminutos y venenosos en regiones montañosas de la selva tropical atlántica del sur del país, considerada una verdadera incubadora biológica.
Los sapos, de 1 a 2,5 cm, fueron localizados en el estado de Santa Catarina, entre las ciudades de Garuva y Blumenau, en un área donde se encadenan morros con valles húmedos, que actualmente es foco de una intensa actividad de investigación científica.
Sólo el 8% de ese bosque está preservado de la actividad humana, mientras que el resto de esa franja que recorre Brasil de norte a sur paralela al océano Atlántico, y que concentra gran parte de la población del país, se considera perdido.
"Esa selva funciona como un área de formación, de origen de especies. Es un laboratorio de gran importancia para el mapeo y la conservación y para entender los procesos biológicos de formación de estos grupos de animales", dijo Marcos Bornschein, investigador de la Universidad Federal do Paraná.
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