lunes, 14 de diciembre de 2015

Proteger a los murciélagos Conservar el ecosistema

MITOS EQUIVOCADOS Y DAÑINOS

UN GRUPO AMENAZADO

“No se cuida lo que no se ama y

no se ama lo que no se conoce”

¿Conocemos la fauna boliviana?, ¿la cuidamos? la última vez que una sombra alada revoloteó ante nuestros ojos, ¿respetamos su existencia?, o ¿el miedo nos hizo tomar un palo y arremeter contra la criatura que nos asustó?.

Un diagnóstico realizado por la fundación “Programa para la Conservación de Murciélagos de Bolivia” (PCMB) en zonas agrícolas de nuestra región, encontró que una gran mayoría se

inclinaba por la última opción, según explica Isabel Galarza, bióloga que

forma parte del equipo de PCMB.

“Los murciélagos son animales poco conocidos, en torno a los cuales se han creado muchos mitos, leyendas, etc., y la mayoría de esas historias van en desmedro de estos animales”, dice.

Lamentablemente, la cultura ha contribuido a la asociación de este grupo con lo “oscuro” y lo “tenebroso” de la noche. “Hay un montón de creencias en torno a los murciélagos, y es porque antes no se les conocía”, complementa Galarza.

Sin embargo, gracias a investigaciones conducidas durante las últimas décadas, en nuestro país y a nivel mundial, se ha comprobado que los murciélagos son animales imprescindibles para el equilibrio de los ecosistemas.

ELLOS CUIDAN, NOSOTROS...

Distraídos por sus chillidos estremecedores y apariencia supuestamente siniestra, no se ha tomado conciencia de que estos animales trabajan para nosotros en la noche, como guardianes de los cultivos.

“Los murciélagos son excelentes controladores de las plagas que afectan a los cultivos agrícolas, como son los insectos; por tanto, gracias a ellos tenemos mejor producción de alimentos naturales, de mejor calidad, con menor uso de pesticidas, mismos que de por sí, como sustancias químicas, pueden tener negativos efectos sobre la salud”, afirma Galarza.

Tomando en cuenta que la producción orgánica es una política de Estado públicamente recomendada por el mismo presidente Evo Morales, la agricultura que opta por el control biológico de plagas con animales como los murciélagos debería implementarse con mayor apoyo y aceptación .

Galarza llama la atención hacia otra contribución de estos animales a la vida humana: muchos insectos que transmiten enfermedades endémicas (como el dengue, la fiebre amarilla o la malaria) son eliminados por murciélagos: un pequeño murciélago insectívoro (por cierto, la diversidad que más abunda en Bolivia) puede comer hasta más de mil insectos en una noche.

POLINIZACIÓN Y REFORESTACIÓN

En México, la tierra del tequila, la planta base para la elaboración de este solicitado licor, el agave, solo puede ser polinizada por los murciélagos, por lo que su desaparición significaría, además de las protestas de las licorerías, graves pérdidas económicas para numerosas familias mexicanas.

Una gran parte de ellos, también, al alimentarse de frutas, dispersan las semillas a través de sus heces, con un beneficio adicional: mientras pasan por su tracto digestivo, comienzan a germinar, por lo que una vez expulsados en tierra, tienen un desarrollo aventajado, garantizando su supervivencia, y en caso de que sean dejadas en zonas devastadas o deforestadas por la acción del hombre, propician la repoblación forestal de estas áreas. Por esta razón, explica Galarza, los llaman “los jardineros del bosque”.

CIENCIA E INDUSTRIALIZACIÓN

Los murciélagos hematófagos (la especie minoritaria en nuestra región), que sí se alimentan de sangre (solo animal), producen en su saliva una proteína anticoagulante llamada “ desmodoteplasa”, que inhibe la agregación de plaquetas evitando la coagulación sanguínea.

De acuerdo a uno de los materiales del PCMB, actualmente una farmacéutica alemana está experimentando con este elemento para que, con técnicas de ingeniería genética, en unos años esta proteína pueda usarse para combatir algunas afecciones relacionadas con la formación de coágulos en la sangre.

Galarza y los profesionales voluntarios del PCMB (fundado en 1998 por Luis F. Aguirre), han dedicado gran parte de sus carreras a investigar y difundir conocimientos sobre las 131 especies de murciélagos en Bolivia, seguros de que mediante la educación de la ciudadanía se podrán superar todas las creencias negativas respecto a estos fascinantes mamíferos, y trabajar por su conservación.

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