miércoles, 19 de octubre de 2016

Un animal fino se puede vender hasta en $us 12 mil en el mercado

Un gallo de pelea, de buena línea, se comercializa hasta en 12 mil dólares en el mercado, especialmente si proviene de padres campeones, afirma Víctor Hugo Sainz, un gallero que está vigente en el ruedo desde hace 52 años.

Otros gallos, aquellos que tienen buenas cualidades para pelear y fueron importados desde Brasil, se venden en precios que oscilan entre 1.500 y 2.000 dólares.

“El año pasado fui testigo en Guayaramerín (Beni), cuando vendieron un gallo en 5.000 dólares”.

Víctor Hugo camina con cierta dificultad a causa de una lesión que tiene en la pierna izquierda. Pero también arrastra consigo una gran pena, la muerte de su hijo Dieter hace cinco años.

No obstante, recobra su agilidad cuando debe agarrar a uno de sus dos gallos “padriles” (sementales).

Agrio, el más chúcaro, y Piropo, que es más accesible, son sus dos cartas de presentación que le permiten dedicarse a la crianza de polluelos desde hace cuatro años, los mismos que envía al Beni.

Cuando los sementales cruzan a las gallinas que Víctor Hugo cría en su casa obtiene una camada de unos 15 huevos, los mismos que son empollados por las aves.

De todos estos huevos pueden “reventar” todos o por lo menos unos nueve.

Si bien Víctor Hugo ya no lleva a sus gallos a pelear, ha encontrado en la crianza de polluelos una forma de seguir vigente, pese a que su esposa nunca estuvo de acuerdo con esta actividad.

Y la razón es simple, la familia de Víctor Hugo casi nunca pudo salir un día sábado porque él debía ir con sus gallos al ruedo.

Además de dedicarse a la crianza de polluelos, este gallero se encarga de entrenar a los animales que van a competir. Su fama llegó hasta otras ciudades. Propietarios de gallos de Santa Cruz le tentaron con pagarle mensualmente 1.500 dólares, más comida y vivienda, para que prepare a sus gallos, pero él tuvo que rechazar la oferta por motivos de salud.

CIRUGÍAS

Un gallo bien entrenado puede combatir en el ruedo hasta incluso cumplir cinco años, pero siempre sale con daños.

Por este motivo, este gallero aprendió a realizar cirugías a sus animales, para sacarles los tumores que se les formaban en sus pechos a causa de los golpes que recibían de los contrincantes.

“Les tenía que operar cuando el tumor estaba seco, hacía el corte, se extraía el tumor, se suturaba la herida y se colocaba los antibióticos”.

Gracias a su experiencia de más de 50 años en el rubro de los gallos, Víctor Hugo aprendió también a curarlos cuando estos tenían fiebre, diarrea u otra dolencia.

Para evitar cualquier enfermedad, a los gallos se les debe mantener bien limpios y por eso los cuida con esmero desde que salen del cascarón.

Si un gallo es picado por una vinchuca se enferma y no sirve más para pelear.

La primera medida para mantener a un animal sano es desparasitarlo y luego darle una alimentación saludable.

Si bien un gallo come normalmente maíz durante la semana, antes de una pelea debe ser alimentado con una comida especial, tener un buen trato y dormir bien.

El animal debe, además, dormir bien y en el mismo sitio. Si su dueño lo cambia de lugar, el gallo descansa mal y puede perder la pelea porque extraña su espacio.

Antes del combate, a los gallos se les moja el cuerpo para que estén tranquilos y frescos para aguantar los 40 minutos que dura como máximo el combate.

Un buen gallo debe derrotar a su adversario en siete minutos y algunos lo consiguen incluso en menos tiempo.

GENERA EMPLEO

Víctor Hugo lamenta que las autoridades municipales quieran prohibir las riñas de gallos porque eso ocasionaría que mucha gente que aprendió este oficio se quede sin una fuente de ingreso para sustentar a sus familias.

Hay personas que entrenan a los gallos, otros que tienen granjas y emplean a familias enteras, argumenta.

ACTOR DE CINE

Napoleón, uno de los gallos de Víctor Hugo, actuó en la película boliviana “El Día que murió el Silencio”, de Paolo Agazzi.

Señala que para la película Napoleón estuvo en la filmación durante unas tres semanas y le pagaron 300 dólares.

Víctor Hugo recuerda que Napoleón debía recorrer por un callejón y él tuvo que recurrir a diferentes estrategias para que el animalito no se distraiga. Lo consiguió mostrando alimentos a su gallo.

Antonio Torrico, otro gallero antiguo, le hizo el contacto con Paolo Agazzi para que su gallo fuera protagonista de este filme.

Víctor defiende esta actividad

Víctor Hugo Sainz lamenta que se quiera prohibir las peleas de gallos en Cochabamba.

Argumenta que estos animales nacen para luchar y lo demuestran desde que son polluelos porque se buscan y empiezan a golpearse. Señala que en Cercado se reprime las peleas de gallos y por eso los galleros se trasladaron a las provincias.

Sus gallos ganaron trofeos y medallas

Los gallos de pelea de Víctor Hugo Sainz lograron los primeros puestos en varios torneos. Sin embargo, al principio no le daba importancia a los premios y recién, a insistencia de su hijo Dieter, empezó a aceptarlos.

Tribilín es uno de sus gallos que le dio varios trofeos, por ser el más rápido en derrotar a sus oponentes, en 5 minutos.




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