jueves, 1 de junio de 2017

¿Por qué sería una catástrofe que desaparecieran las abejas?

¿Qué tienen en común un pepino, una taza de café y un mango?
No mucho, en apariencia. Sin embargo los tres le deben su existencia a un insecto sin cuyos servicios tampoco existirían muchos de los alimentos a los que estamos acostumbrados: la abeja. Sin ellas, tendrías que olvidarte del jugo de naranja en tu desayuno, o del dulce de arándanos o de fresas para las tostadas... y otro sinfín de alimentos que forman parte de la mesa cotidiana.

Alimentos nutritivos

"Las abejas polinizan la mayor parte de las plantas que existen", le explica a BBC Mundo Carlos Vergara, doctor en entomología y profesor de la Universidad de las Américas Puebla, en México.

"Todas las plantas que tienen flor necesitan ser polinizadas para producir semillas y sobrevivir. Y, cerca de las dos terceras partes de la dieta de los seres humanos provienen de plantas polinizadas". Es a través de la polinización que los granos de polen se transfieren de la parte masculina de la planta a la femenina, o de una planta a otra de la misma especie, dando como resultado las semillas que forman las frutas y vegetales que consumimos.

"La falta de abejas provocaría un efecto en cascada: si no tenemos semillas no tendríamos pasto, ni flores, ni frutas, ni animales que se alimentan de frutas. Las abejas y los demás polinizadores juegan un rol fundamental en la regulación de los ecosistemas", le explica a BBC Mundo Carolina Starr, consultora sobre Biodiversidad y Servicios a los Ecosistemas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Amenazas

Las poblaciones de abejas han sufrido particularmente en Europa y América del Norte, por un fenómeno que se conoce como "problema de colapso de colonias", por el cual desaparece abruptamente de una colmena una cantidad considerable de abejas obreras. La mayor amenaza, coinciden los expertos, es la pérdida de su hábitat natural, el cambio climático (que implica un aumento de la temperatura, inundaciones y sequías), y las malas prácticas agrícolas. El avance de las ciudades y la reducción de los espacios forestales significan menos flores. Y sin flores, las abejas se quedan sin qué comer.

¿Cómo puedo ayudar?

Mucho depende de políticas gubernamentales que favorezcan la reducción en el uso de agrotóxicos, y promuevan la variedad de cultivos (en oposición a los monocultivos que limitan la diversidad de la dieta de las abejas), y también de los campesinos que son quienes están en capacidad de crear un entorno natural alrededor de sus cultivos para atraer a las abejas.

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