Bien conocido por su capacidad de cambiar de color para camuflarse en su entorno, los camaleones tienen otro talento: ojos que giran alrededor y parecen estar mirando en dos direcciones a la vez.
Hadas Ketter y Gadi Katzir, de la universidad de Haifa (Israel) demostraron que los ojos del camaleón no funcionan de forma completamente independiente.
Ketter y Katzir cogieron a un grupo de camaleones y los pusieron en una sala con un juego de ordenador en el que se iban proyectando imágenes. Primero comenzaron mostrando una mosca virtual en la pantalla. Los ojos de los reptiles apuntaron sin dudar a este insecto y lanzaron su lengua para cazarlo. Posteriormente, proyectaron dos moscas, cada ojo (de forma independiente) iba siguiendo el movimiento de estas imágenes virtuales pero en ningún momento el camaleón se decide a lanzar su lengua contra alguna de ellas, se queda unos segundos pensando qué es lo que debe de hacer. Sabe que tiene delante dos presas pero no tiene claro cuál es la mejor.
Al final el instinto cazador del animal sale, cierra ligeramente el ojo para enfocar y lanza su lengua contra una de ellas. "Si los ojos fueran completamente independientes, uno de ellos no se habría quedado quieto y esperado a que la imagen del otro convergiera", explica Katzir. El hecho de que el camaleón sea capaz de seguir a la presa con un ojo y que luego use el segundo para apuntar y fijar el objetivo sugiere que no existe tal independencia sino que hay una conexión entre ambos.
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