- El Zoológico Municipal Andino de Oruro sigue siendo una cárcel para las 130 especies que cobija.
En visita efectuada al lugar por parte de EL DIARIO, se observó que los cóndores, si bien tienen un ambiente más amplio, no pueden volar con libertad ni buscar el alimento por su cuenta, como lo hacen en su hábitat.
Los zorros andinos han sido capturados en las poblaciones aledañas a la ciudad, pero el estar tras las rejas claramente los estresa.
“No han cometido ningún delito, pero sin ser sometidos a ningún proceso, en forma directa fueron a parar a las jaulas”, afirman organizaciones defensoras de animales.
Los expertos en zoología consideran que todavía hay muchas cosas que se deben cambiar en ese lugar que, más que de distracción debe ser un lugar un lugar de preservación animal.
“Los zoológicos son espacios enormes donde los animales caminan libres corren, vuelan y consiguen su alimento. Las personas simplemente deben apreciar su naturaleza.
Los monos que han nacido en Oruro, en las mismas jaulas, sufren de estrés, bajan, suben, chillan, se pelean entre ellos y muchas veces sacan la mano para pedir alimentos del público. Los visitantes, para complacer a los hambrientos animales, les dan cualquier cosa, sin saber que ese alimento les puede causar la muerte.
El zoológico de Oruro no tiene un registro oficial de cuántos monos han muerto en cautiverio. Simplemente, se mueren y los entierran en silencio. Nadie reclama. Ni siquiera los parientes que siguen dando vueltas y saltando para un supuesto deleite de los espectadores ocasionales. Los monos, también están entre las rejas y su vida acabará en esas circunstancias, en vez de disfrutar de la naturaleza.
“Estoy dispuesto a cambiar este panorama”, afirmó el nuevo administrador del zoológico, Michael Velasco, quien también pidió la comprensión de la ciudadanía, para “transformar este lugar, para dar seguridad a los animales, buena alimentación y para que las especies tengan contacto con la naturaleza”.
Según evidenció EL DIARIO, la mayoría de las jaulas tienen piso de cemento. El contacto de las patas de los animales con el cemento frio ha provocado malestar en las aves.
Los únicos libres son los patos que entran y salen a su piscina con agua, se bañan, escogen su alimento y vuelven a disfrutar del sol. Sus jaulas son adecuadas.
Velasco dijo: “Hay mucho por hacer, pero nuestra prioridad por el momento es garantizar la buena alimentación de las 130 especies de animales que están en el Zoológico de Oruro”.
Los quirquinchos tienen un espacio muy pequeño para caminar. Tienen una especie de piscina de cemento, donde le echaron arena, para que los animales puedan vivir, pero esos ejemplares no encuentran los alimentos que les ofrece la naturaleza. Están sin libertad para buscar sus alimentos. La escasa arena que está en sus jaulas no ofrece sino simplemente un poco de ambiente para vivir.
Los zorros dan vueltas y vueltas interminables en su estrecha jaula, cuando deberían estar libres, en otro espacio más grande, más acorde a su vivencia en el campo. El encierro les molesta. Si bien tienen comida abundante, no pueden correr libremente o descansar en cualquier lugar. Los zorros vivirán toda su vida encerrados, hasta que les llegue la muerte.
La región andina ofrece animales maravillosos, pero cuando están encerrados, no muestran su majestuosidad y su vida silvestre, cuando se encuentran en las jaulas.
Hay llamas, vicuñas y alpacas. Sin embargo, uno o dos cuidadores son insuficientes para cuidarlos, protegerlos o para alimentarlos. No hay especialización entre los funcionarios.
Los chivos parece que siguen siendo los mismos de hace años. Es como si no se reprodujesen, pero su jaula, cubierta con algunas maderas viejas, no parece ser la más cómoda, para diez ejemplares con barba y cuernos que requieren amplias praderas para caminar y para tranquilizar sus nervios.
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